Banco Mundial y Cambio Climático. Las políticas de desarrollo que no fueron

 Lou Ferrigno (*)

Observación: Las opiniones expresadas en este documento, el cual no ha sido sometido a revisión editorial, son de la exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con los del editorial.

Expertos en economía ambiental, políticas de desarrollo y magia negra se reunieron esta semana en la nueva sede del Banco Mundial de la localidad bonaerense Maquinista Savio.  El objetivo de la cumbre era tratar los nuevos desafíos que enfrentan los países en desarrollo de abordar un sendero de crecimiento sustentable frente al fenómeno del calentamiento global.

Bs. As., 05 de diciembre.- Luego de las palabras inaugurales del presidente del BM, Robert B. Zoellick sobre la nueva sede –“…en el mapa no parecía tan lejos, esperamos que el tren bala pase por acá”- los técnicos se lanzaron a la búsqueda de ideas que contemplen el cambio climático en las políticas de desarrollo.

Foto: Gentileza PAMI Villa Luro

Si bien los resultados no fueron del todo satisfactorios, esto no se debió a la falta de propuestas, sino a su poca viabilidad.  La más destacada consistió en una estrategia del estilo entrarle por la puerta de atrás: "si la cuestión es qué mundo le estamos dejando a nuestros hijos, entonces no tengamos hijos, al menos por un tiempo" sugirió el líder del proyecto, Jorge Formento, homónimo del conductor de Feliz Domingo. La política “Hijos 0”, como se la bautizó en los medios, alcanzaría por lo menos para dejar sin efecto la famosa cuestión“¿qué mundo le dejaremos a nuestros hijos?”, verdadero caballito de batalla de ecologistas y viudas católicas.  En efecto, el plan de los verdolagas, como se les dice a estos especialistas, consistiría en prohibir la copulación durante los fines de semana, establecer impuestos a la natalidad y promover la legalización del aborto conjuntamente con promociones del tipo ‘2x1’ o ‘Con su aborto, 10% de descuento en la lipo’.  “Es buenísimo: de un saque calmamos a viejas santurronas, feministas histéricas y adolescentes merqueros”, se habría entusiasmado una funcionaria de alto rango y pocas luces de la institución.  Sin embargo, los fríos economistas de las finanzas públicas no estarían del todo acuerdo con esta propuesta ya que, aseguran, “esto traería el desfinanciamiento del sistema previsional”, descartada la opción de implementar otro sistema de capitalización individual: “ya probamos eso de las AFJP y la pudrimos”, habrían reflexionado los técnicos.  Es decir, el problema se transferiría de los chicos a los ancianos.  Para salvar esta cuestión, un joven prometedor de la Universidad de Michinga, aportó una novedosa y original idea: hacer guerras imperialistas con ejércitos de 'abuelitos'.  “¡¡¡Incluso se puede hacer estilo Reality Show, con confesionario y todo!!!  ¡¡¡Sería muy gracioso!!!” se entusiasmó el economista.  De esa manera, no sólo disminuiríamos los viejos à la Malthus sino que también se reduciría el ‘horror de la guerra’ al convertirse en un programa de televisión.  Esto permitiría ahorrar fortuna en salud y seguridad social, con el beneficio de poder vender pautas publicitarias. 

Si bien esta propuesta fue aceptada en un primer momento por un Directorio cansado de los jejenes y con ganas de rajar rápido para la capital (no se llegaron a colocar los mosquiteros para la inauguración), los asesores de prensa consideraron que una medida de estas características, podría alentar a quienes creen que las políticas de natalidad del BM están orientadas a mantener poblaciones reducidas en países generadores de recursos naturales y alimentos, para asegurar la producción de saldos exportables baratos a los países centrales y la generación de divisas para el pago de los servicios de deuda externa.  El proyecto fue archivado: "No queremos tener la misma imagen que los primos del FMI", afirmaron.

Otras medidas menos interesantes

Asimismo, esta no fue la única medida propuesta ante el Directorio del BM, sino que se presentaron al menos otras tres ideas de menor repercusión.  Una de ellas seguía un singular principio de parsimonia.  “Tal vez no haya que hacer nada: si el calentamiento global pone en riesgo la vida de 1.000 millones de pobres, alcanzaríamos el objetivo de disminuir la pobreza sin hacer nada.  Vamo´ a casa!!!”, habría expresado el líder del proyecto.  Esta propuesta fue descartada de inmediato: “los objetivos son lineamientos generales, tampoco hay que tomárselos taaaan en serio”, habría contestado el comité arbitral.  El resto de los proyectos no fue ni leído por los directores quienes, inflados las pelotas, se tomaron el palo antes de las cinco de la tarde.

En definitiva, si bien el encuentro no llegó a buen puerto en cuanto a propuestas claras, el balance fue positivo ya que hubo ideas interesantes aunque necesiten ser pulidas.  Asimismo, los equipos técnicos esperan alcanzar soluciones más creativas en la próxima cumbre de Copenhague... más tranquilos y con yerba de la buena.

  (*) Jardinero. Presidente de la Asociación Amigos de la Fiesta de la Flor de Escobar (AAFF)

Links relacionados:

http://www.bancomundial.org/investigacion/

http://www.perfil.com/contenidos/2010/08/19/noticia_0037.html
http://www.youtube.com/watch?v=gc0xrEtVqJ4&feature=email